Las puertas interiores, al mismo tiempo que delimitan espacios, deben ser tenidas en cuenta a la hora de decorar. Debemos elegirlas dependiendo de nuestro gusto y estilo, nuestros muebles, el color de las paredes o la funcionalidad de cada una. No es lo mismo una puerta de cocina o una de baño, que una doble puerta de salón o de terraza y balcón.
La primera opción, y una de las más utilizadas para las puertas interiores es la madera, tanto para estilos clásicos como para hogares más modernos. Su tonalidad, color y acabado puede variar, al igual que su resistencia y textura. Ofrecen una gran variedad decorativa e infinitas posibilidades a la hora de combinar, además de ofrecer a la casa un tono más cálido.
Las puertas lacadas, ya sean en blanco o en otros colores, permiten múltiples juegos decorativos y son especialmente apetecibles para hogares de estilo moderno sin perder la calidez y el buen gusto de la madera. Además, sus acabados brillantes, satinados o personalizados dejan jugar con la imaginación y los distintos escenarios y ambientes.
Pueden ser una continuación del color de la pared para dar la impresión de un espacio más grande o pueden actuar como elemento de choque, haciendo contraste y ofreciendo un elemento de peso. Las puertas de cristal son la mejor opción para colocar en habitaciones con insuficiencia de luz natural, ya que el cristal facilitará la entrada de los rayos gracias al vidrio.
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